Quería tomarla de la mano y recorrer nuevos caminos a su lado.
Quería besar sus labios cada que la tuviera cerca y embobarme en el profundo mar de sus ojos.
Quería verla feliz y emocionada platicándome de su día.
Quería para ella mis momentos de alegría.
Quería sentir su cuerpo junto al mío entregándonos al amor.
Quería alcoholizarme con ella y hacer estupideces inmaduras y divertidas.
Quería los desayunos cursis.
Quería amarla así como aún lo hago y en cada caricia entregarle mi amor.
Pero aún con la inmensidad de mis ganas, al final, ella no quería estar contigo.